3 Prácticas para un Semestre Sin Estrés
- Fundación ama+
- 24 mar
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Uno de cada tres docentes sufre de angustia y altos niveles de ansiedad en el primer trimestre, según un estudio de Impulso Docente (2024).
Sabemos que el bienestar docente es fundamental para un buen desempeño en el aula y para mejores aprendizajes en los estudiantes.
Numerosos estudios respaldan esta relación:
Los docentes con mayor estrés tienen más dificultades en el manejo del grupo y la disciplina en el aula (Jennings & Greenberg, 2009).
Profesores con burnout contagian a sus alumnos, quienes también presentan niveles más elevados de cortisol (Oberle & Schonert-Reichl, 2016).
Profesores que aprenden estrategias de bienestar crean clases más motivantes y creativas (Turner & Thielking, 2019).
Los docentes con mayor bienestar se sienten más comprometidos con la escuela y logran mejores resultados académicos (Kern et al., 2014).
Profesores apoyados por líderes escolares en la implementación de programas socioemocionales obtienen mejores resultados (Durlak et al., 2011).
Por eso, integrar prácticas que favorezcan el autocuidado, aumenten las emociones positivas y fortalezcan las habilidades socioemocionales es una estrategia clave para mejorar el bienestar docente y, con ello, la calidad educativa.
A continuación, compartimos tres prácticas sencillas que pueden implementarse en la escuela, tanto entre docentes como con los estudiantes. Las tres están basadas en las investigaciones de Barabara Friedrickson, investigadora de la Universidad de North Carolina, Chapel Hill, quien ha descubierto que:
Las emociones positivas tienen un efecto de reversión en todas las reacciones que desencadena el estrés en nuestro cuerpo. Quienes logran activar o aumentar emociones positivas cuando sube la adrenalina, el cortisol, se aceleran los latidos y aumenta la sudoración, van a sentir que estas reacciones decrecen. Así, podemos decir que las emociones positivas protegen nuestra salud, no sólo mental, sino también física, porque inhiben la perpetuación de las reacciones del estrés que se van a acumulando en nuestro organismo.
Las emociones positivas también sirven para ir construyendo recursos psicológicos, cognitivos, sociales y físicos, que sirven como una reserva de resiliencia que tendremos para usar en momentos de dificultad. Por ejemplo, cuando nos sentimos felices somos más creativos, lo que nos puede llevar a generar buenas ideas en nuestros trabajo. O somos más abiertos a otros, más empáticos, lo que nos permite fortalecer lazos con otras personas que pueden ser un recurso valioso en la adversidad.
Por último, Friedrickson plantea que para lograr un alto nivel de bienestar lo importante no es no sentir emociones negativas, porque siempre habrá experiencias dolorosas, difíciles o molestas en nuestras vidas. Lo importante es sentir más emociones positivas que negativas, idealmente 3 a 1. Esto puede ayudarnos a tomar conciencia sobre las emociones que experimentamos cada día, y notar si me falta aumentar esas experiencias positivas para contrarrestar esas cargas negativas que muchas veces van tiñendo el color con que miramos la vida.
Hoy queremos compartirles 3 prácticas sencillas para usar los principios de Friedrickson en la comunidad escolar. Se pueden usar entre adultos o con las y los estudiantes.
1. Entrevistas apreciativas

El foco apreciativo es la capacidad de poner atención a los recursos, fortalezas, historias de éxito y goces que todos los seres humanos hemos tenido alguna vez. Para ello, una actividad sencilla es dedicar 5 a 10 minutos en una reunión de equipo o en el aula para conversar a partir de preguntas apreciativas. Los participantes pueden juntarse en parejas o grupos pequeños para entrenar su atención a lo positivo con preguntas.
Acá dejamos 10 preguntas apreciativas infalibles: :
¿Qué fue lo mejor de tus últimas vacaciones?
¿Cuál es el mejor libro que has leído?
¿Cuál es tu mayor habilidad?
¿Cuándo fue la última vez que te reíste a carcajadas?
¿En qué lugar te sientes en paz?
¿Cómo te gusta celebrar tus cumpleaños?
¿Cuál ha sido el mayor acto de generosidad que has tenido con otra persona?
¿Qué viaje ha sido inolvidable?
¿Cuál es tu mayor logro profesional?
¿Quién es la persona que más admiras?
Una sola pregunta puede evocar emociones positivas y fortalecer la conexión entre las personas.
2. Píldoras de naturaleza
El contacto con la naturaleza reduce los niveles de cortisol y el estrés. Si la escuela tiene acceso a espacios naturales, se puede salir a admirar el paisaje e intencionar el uso de los sentidos con una meditación guiada o una respiración profunda.

Si no hay acceso directo a la naturaleza, se pueden implementar estrategias simples que tienen impacto aunque parezca increíble:
Incluir plantas en la sala de profesores.
Decorar los espacios con imágenes de paisajes naturales.
Designar un árbol en el patio como "refugio de calma" para momentos de pausa y respiración.
¿Y por qué no hacer una reunión de equipo en una plaza o parque cercano de vez en cuando?
Lo importante es enfocar la atención en un elemento natural disponible y conectar con su belleza y armonía.
3. Cuenta las bendiciones
Esta práctica consiste en registrar cosas positivas que suceden cada día en la escuela. Se puede implementar con un frasco o mural visible para todos, donde cualquiera pueda dejar un papel destacando un acto de bondad, un esfuerzo o un gesto de apoyo, que haya vivido o visto en la escuela.
Cada cierto tiempo, se pueden leer los mensajes en la comunidad.
Si se usa un mural, este se llenará día a día, generando un espacio de reconocimiento y gratitud.
Esperamos que estas tres prácticas te ayuden a enfrentar este trimestre con resiliencia y energía para seguir educando mentes y corazones.
Si te han gustado estas prácticas para aumentar las emociones positivas, te invitamos también a descargar nuestro material EMOLAB, una guía práctica para lidiar con todas las emociones que sienten docentes, asistentes de la educación y directivos.
Muy bueno .
Simple y fácil de aplicar.🌺
Muchas gracias. Excelente aporte.