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CINE EN FAMILIA: Borg-McEnroe, desconexión y descontrol


Acabo de ver la película Borg- McEnroe, recientemente estrenada en Chile. Una gran película para reflexionar con hijos adolescentes, especialmente para los deportistas.

La película trata del momento en que McEnroe aparece en el camino de Borg como una amenaza a su exitosa carrera en el tenis profesional. Lo interesante de la película es cómo enfrentan cada uno el éxito y el fracaso desde dos polos totalmente opuestos. Borg desde la desconexión consigo mismo y sus cercanos, Mc Enroe desde el descontrol de sus emociones. Es una película que nos explica, con actuaciones excelentes, de dónde vienen estas perspectivas personales en cada uno: una infancia marcada por la presión de figuras significativas para alcanzar el éxito a toda costa. El fracaso no era opción para ellos, ni para los adultos a su alrededor.

A continuación les sugiero temas de conversación con los hijos a partir de aspectos que se muestran en la película

1. ¿Vale la pena ser exitoso sin ser feliz? especialmente en Borg se ve la soledad en que vive, la angustia que siente ante la presión por no decepcionar a su público y el miedo a mostrar sus emociones. ¿Puede alguien que vive así en forma permanente ser realmente pleno?

2. Durante la película se presenta a Borg como el hombre sin sentimientos, una máquina del tenis y a Mc Enroe como una persona absolutamente dominada por sus emociones y fuera de control. Pero nos enteramos que durante la infancia de cada uno los papeles estaban invertidos. Borg es ayudado por un entrenador que debe trabajar la supresión de las emociones en un adolescente rabioso y con cero tolerancia a la frustración. Mc Enroe se ve como un niño tranquilo y brillante, absolutamente presionado por sus padres para alcanzar siempre los mejores resultados. Da la impresión de que nunca es suficiente para ellos lo que hace.

El manejo sano de las emociones requiere un reconocimiento de las mismas, la aceptación de lo que se está experimentando y el compartirlo en una relación de intimidad o cercanía. En niños y adolescentes los padres tenemos que cumplir ese rol de contención y guía para ayudarlos a conectarse con su mundo emocional y canalizar las acciones hacia algo positivo. Tratar de suprimir las emociones tiene una consecuencia grave para el sano desarrollo de la persona: al ignorar y desconocer las emociones negativas bloqueamos la capacidad de sentir también las emociones positivas. No podemos bloquear selectivamente. Eso se ve en Borg, no hay muestras de alegría, gratitud, esperanza, ni siquiera muestras de amor a su pareja.

El desborde emocional, por otro lado, lleva a la incapacidad de establecer vínculos sanos con los otros. En Mc Enroe se ve el descontrol de la ira, provocando en los otros el desagrado y el miedo. Pero también el desborde en la angustia y la tristeza puede llevar a una sobrexposición que también aleja a los otros que se ven invadidos. El desborde en la decepción puede generar la visión de uno mismo como una víctima en toda circunstancia y por lo tanto la incapacidad de sobreponerse al fracaso.

3. En Borg se ve claramente el peso del éxito cuando él reflexiona sobre lo difícil que es haber ganado cuatro campeonatos seguidos y tener ahora que ganar el quinto para mantener su ranking de número uno. Dice algo como: "Si pierdo nadie se acordará de que gané cuatro veces, sino de que no pude ganar el quinto campeonato." De hecho, cuando perdió el sexto campeonato de Wimbledon se retiró porque no estaba dispuesto a perder nuevamente. Estudios sobre resiliencia muestran que los seres humanos tenemos una tremenda capacidad de adaptación, tanto en los triunfos como en los fracasos. Esto significa que la excitación que produce un logro dura un período de tiempo corto, al cabo del cual volvemos a un estado basal de satisfacción personal. Lo mismo en el fracaso, sufrimos más o menos intensamente, pero nos recuperamos relativamente rápido. La evidencia indica que lo realmente importante para la felicidad es ese nivel basal de satisfacción desde donde nos enfrentamos al éxito o al fracaso. Y eso se puede trabajar con prácticas concretas para aumentar el sentimiento de plenitud con nuestras vidas. Aquí surgen varias interrogantes que se pueden compartir con los hijos. ¿Tiene algún sentido el fracaso? ¿Cómo podemos disfrutar los éxitos sin temor? ¿Cuáles son nuestros momentos de mayor felicidad? ¿Cuál es el nivel de satisfacción con nuestras vida? ¿Qué creees que podemos hacer para aumentarlo?

Las películas compartidas y comentadas son instancias de mucha conexión, si escuchamos a los hijos en sus propias perspectivas y no tratamos de darles lecciones. Más vale dejar interrogantes para desarrollar el pensamiento crítico que tanta falta hace en un mundo de mensajes permanentes y no siempre constructivos.

Cuando la veas, comenta en nuestro blog qué te pareció.

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