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¿Cómo reducir la inasistencia escolar? La importancia de la motivación en la escuela.


La inasistencia grave de estudiantes es un problema común en todo el mundo, y Chile no es la excepción. Según el Mineduc, en marzo del año pasado más de un millón de estudiantes en el país presentaban este problema, asistiendo a menos del 85% de sus clases. Sin embargo, este marzo de 2023 más de 450 mil estudiantes han dejado esta zona roja y han vuelto a las escuelas,

reduciendo la inasistencia grave en un 13%. Esto se debe en parte a iniciativas como el Programa Habilidades para la Vida y el programa territorial de convivencia "A convivir se aprende", así como a las acciones de los diferentes establecimientos en todo el país que han asumido los desafíos de una nueva realidad escolar que se hizo patente en el retorno a clases.


En Fundación Ama+ entendemos que la experiencia educativa debe satisfacer tres necesidades psicológicas básicas para fomentar la motivación autónoma en los estudiantes y lograr una mejora sistémica y mayor compromiso. Estas necesidades son la autonomía, vínculos positivos y sentido de competencia. Cuando estas necesidades psicológicas básicas son satisfechas, los estudiantes florecen y crecen en ellos las motivaciones autónomas por el aprendizaje, creando un ambiente escolar positivo y motivador, que llamamos Ambiente AVC.


El ambiente de aprendizaje positivo y motivador puede afectar varios indicadores de desarrollo de los estudiantes, como el rendimiento académico, la calidad del aprendizaje, la autoestima, la salud física y mental, la capacidad de adaptación y los comportamientos prosociales. Esto se debe a que cuando los profesores satisfacen las necesidades psicológicas básicas de sus estudiantes (autonomía, vínculos positivos y sentido de competencia), los estudiantes florecen y crecen en ellos las motivaciones por aprender y comprometerse con su proceso escolar.


Entonces, ¿cómo podemos incrementar la motivación en nuestros estudiantes para ir a la escuela? Los profesores pueden crear vínculos positivos con sus estudiantes en el aula escuchándolos con atención y tomando su perspectiva. También pueden incentivar la toma de iniciativa o la expresión de opiniones en los estudiantes, dar alternativas significativas para ellos y minimizar el lenguaje controlador.


Escuchar a nuestros estudiantes nos permite conectar con aquellos estudiantes que más nos necesitan a partir de la estrategia de mapeo de relaciones. Para escuchar más y mejor, podemos utilizar la escucha activa.


La escucha activa no es una forma pasiva de estar presente en la relación, sino que implica muchas actividades mentales con las que involucrarse. Hay que entender que quien escucha tiene el mayor poder para establecer un clima seguro y de confianza para la comunicación, facilitando que los mensajes sean claros y se obtenga información honesta en la comunicación. Además, al escuchar activamente demostramos nuestra actitud de valoración y respeto, a la par que nos permite recoger evidencias sobre cuales son las dificultades de los estudiantes y las ventajas que perciben de asistir a la escuela.


Si escuchamos a nuestros estudiantes y a sus familias sobre sus motivaciones, dificultades y capacidades, podemos mejorar nuestras estrategias para lograr mejorar su asistencia a la escuela. Además, podemos utilizar conscientemente las herramientas que nos ofrece el aprendizaje socioemocional para alcanzar la meta planteada por el Mineduc de reducir la inasistencia grave a los niveles previos a la pandemia.


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