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DETRÁS DE LAS CÁMARAS APAGADAS


La falta de motivación escolar ha sido una gran preocupación de muchos docentes, escolares y universitarios. Las cámaras apagadas son el símbolo de la desconexión que muchos niños, niñas y adolescentes sienten con su proceso de aprendizaje. Si los estudiantes vuelven a clases, y se encuentran con la misma escuela que dejaron meses atrás, fracasaremos en el desafío de aprovechar este momento para replantear la enseñanza. Tal vez algunas escuelas puedan pasar a presión todo el currículum que quedó atrás. Eso no significará que los estudiantes hayan adquirido aprendizajes verdaderamente significativos, ni que se hayan enamorado de aprender por el sólo hecho de haberse aburrido en casa tanto tiempo con las clases online.


No podemos volver atrás, hay que reimaginar la educación que se necesita hoy, una que encienda la pasión por la enseñanza y la alegría de aprender, y que sea capaz de no dejar a ningún niño o niñas atrás.


Al observar a una guagua o preescolares jugando e interactuando con el mundo somos testigos de cómo la curiosidad y la motivación intrínseca por el aprendizaje es algo natural y espontáneo en nuestra especie. Esa motivación por explorar, conocer, crear, descubrir e inventar, nos ha permitido un colosal desarrollo. Sin embargo, numerosos estudios (Gillet, Vallerand, y Lafreniere, 2012; Lepper, Corpus, y Iyengar, 2005; Gnambs y Hanfsting, 2016) nos indican que la motivación intrínseca por el aprendizaje disminuye notoriamente durante la vida escolar.


La motivación autónoma es natural pero está condicionada por el ambiente. ¿Cómo se cuida la motivación natural por aprender? Por mucho tiempo se ha pensado, casi inconscientemente, que las recompensas y los castigos son suficientes, y e general los sistemas escolares funcionan bajo esa premisa, porque a fin de cuentas, la mayoría de los estudiantes finalmente se adapta y cumple con lo que se les pide. Pero, ¿estamos desarrollando en masa todos los talentos, la creatividad, la curiosidad, la innovación en las escuelas? Las investigaciones de una de las teorías psicológicas más influyentes del último tiempo, la Teoría de la Autodeterminación, muestran algo diferente.


Los ambientes que promueven la motivación intrínseca se caracterizan porque satisfacen 3 necesidades psicológicas básicas y universales que todos los seres humanos tenemos:

  1. Autonomía, entendida como la capacidad de autogobierno y volición sobre las decisiones sobre el propio comportamiento.

  2. Los Vínculos Positivos, que favorecen la capacidad e contribuir y el sentido de pertenencia.

  3. Sentido de Competencia, como la capapcidad de ser eficaz en los desafíos que se presentan y para los ámbitos que son importantes para la persona.

En Fundación ama+ les llamamos ambientes AVC, y hemos creado un taller que entrega estrategias y habilidades para potenciar estos 3 elementos y activar así la motivación autónoma. Puede dirigirse a docentes, que quieran incentivar el amor por el aprendizaje en sus estudiantes, o a directivos que quieran apoyar la pasión por enseñar de sus docentes. Sabemos que los docentes que tienen esa motivación intrínseca por enseñar contagian a sus estudiantes.


Realizaremos una sesión introductoria el próximo martes 17 de agosto a las 9 am. Puedes inscribirte aquí.


Hoy más que nunca, necesitamos activar esa motivación, no sólo para evitar los daños que ha causado la pandemia en términos académicos, sino porque el mundo ha cambiado y nuestros niños, niñas y adolescentes no pueden seguir aprendiendo lo mismo ni de la misma manera.

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