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Ruta del ASE



La Ruta ASE es el camino para lograr una implementación sistémica, efectiva y sostenible del aprendizaje socioemocional.

Las investigaciones hechas en escuelas, para medir el impacto de programas y prácticas del ASE, revelan que no basta con enseñar competencias socioemocionales a los estudiantes. Incluso programas que pueden ser excelentes en contenido, fallan cuando la implementación no va acompañada de los cambios necesarios para generar las condiciones para una cultura ASE.


En esta ruta podemos apreciar que el ASE a los estudiantes, ya sea a través de programas explícitos, o de la incorporación de instrucción ASE en el currículo, es el último paso de un proceso que comienza con la convicción de los líderes escolares (sostenedores, directivos, equipos de convivencia, etc.).

A partir del compromiso de los líderes escolares, lo primero es una etapa fundacional, cuyo objetivo es crear las estructuras necesarias para implementar un ASE sistémico. En esta etapa es importante capacitarse en los aspectos más técnicos del ASE, encontrar una visión que oriente la planificación de objetivos, que sea inspiradora y compartida por toda la comunidad escolar, establecer un equipo representativo de todos los actores de la comunidad para que lidere la ejecución de los planes que se elaborarán para instalar el ASE. Es esencial escuchar a toda la comunidad, primero porque es una forma de modelar, desde el inicio, competencias básicas como la participación democrática, la toma de perspectiva de otros, las habilidades vinculares, entre otras. En segundo lugar, sólo conociendo la perspectiva de todos los actores y escuchando sus voces, se pueden tomar buenas decisiones de gestión e implementación del ASE. Por último, la participación en el proceso de toma de decisiones hace que las personas colaboren en las acciones que les hacen sentido.

El Equipo ASE deberá diseñar planes específicos para la comunicación de su quehacer y de las iniciativas ASE, para la integración del ASE en las prácticas, rutinas, disciplina, ritos y formas de vinculación, para el desarrollo profesional que necesitan los adultos de la comunidad y para la evaluación continua y sistemática, tanto del desarrollo socioemocional de la comunidad como de la implementación.

La medición será esencial para establecer procesos de mejora continua a partir de la recolección y uso de los datos. Hay diversos instrumentos para medir competencias y aspectos del clima que inciden en un ASE efectivo. En ama+ contamos con instrumentos diseñados según los criterios que la evidencia sugiere para medir el desarrollo sociomoecional.

Otro elemento esencial en este proceso, antes de la enseñanza explícita de competencias a los estudiantes, es la capacitación y acompañamiento a los adultos de la comunidad escolar, con especial atención al equipo docente. Los programas más efectivos han resultado ser aquellos que dirigen e implementan los docentes u otros adultos de la comunidad escolar; en comparación con programas ejecutados por personas externas. Pero pedirle a los docentes que asuman esa responsabilidad puede transformarse en una carga adicional a su labor si no hay un acompañamiento adecuado, con mentorías, coaching y asesorías. En ama+ trabajamos el ASE adulto desde el concepto de bienestar docente. Como equipo desarrollamos los contenidos de la Bitácora para el Autocuidado Docente que el MINEDUC ha puesto a disposición de todas las comunidades escolares. La Bitácora Docente es un camino inicial para desarrollar competencias socioemocionales en los adultos, ya que sabemos que si estos no saben manejar el estrés, no tienen un sentido de propósito en su trabajo y no sabe cómo cultivar relaciones positivas, difícilmente podrán modelar y acompañar a sus estudiantes en el ASE.

La colaboración auténtica con las familias es también un factor que puede moderar el impacto del ASE en los y las estudiantes. Muchas veces las familias encuentran barreras para colaborar con la escuela al sentirse juzgadas, no escuchadas, o por no saber cómo pueden colaborar. Es importante que las escuelas abran espacios acogedores para las familias y que se hagan acuerdos con definiciones claras sobre su rol en el óptimo desarrollo de sus hijos e hijas. De ser posible, es bueno crear instancias de aprendizaje mutuo entre la escuela y los y las apoderadas, compartiendo las mejores estrategias para el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes.

Finalmente, el ASE hacia los estudiantes comienza con un buen plan de integración en el currículo académico, las prácticas, ritos, normas, celebraciones, lenguaje, y todos los elementos que van configurando una cultura escolar. Esto significa revisar qué cosas se están haciendo bien, para mantenerlas y potenciarlas, dónde hay duplicidad de esfuerzos para ser más eficientes ene l uso de recursos, y tomar conciencia de las brechas o aspectos no cubiertos que se deben atender; todo esto de acuerdo a la visión compartida y los objetivos de desarrollo socioemocional que de ella se desprendan. Junto con eso, se sugiere diseñar o adoptar programas de enseñanza y práctica explícita de competencias socioemocionales. Un buen programa contempla destinar tiempo y recursos para su ejecución, actividades para un aprendizaje activo y tener un enfoque desde las etapas del desarrollo. Las competencias socioemocionales son complejas y según la neuromaduración, los niños, niñas y adolescentes, van progresivamente adquiriendo las capacidades para desarrollar estas competencias, por eso se necesita un enfoque secuencial. Esto implica tener conocimientos suficientes para saber qué es esperable en cada etapa del desarrollo.

Este camino toma tiempo, se espera que en unos tres años, una comunidad escolar podría tener un ASE sistémico implementado completamente. Pero eso depende del punto de partida y de la cantidad de recursos de tiempo y materiales que se dispongan.

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