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Una Profesión de Alto Riesgo

Un profesor de un Liceo TP nos comentó que durante muchos años había trabajado en la minería, en actividades físicamente extenuantes y con turnos complejos para la familia. Sin embargo, nunca, en todos esos años, había experimentado tanto estrés como el que ha sentido siendo profesor.




En Chile, según varias encuestas y estudios, la docencia es una de las profesiones con mayores índices de burnout y estrés crónico. Además, cada vez hay menos postulantes a la carrera de pedagogía y una enorme tasa de deserción en los primeros años de ejercicio profesional. Hoy se estima un enorme déficit de profesores en los próximos años. Pero esta no es una realidad sólo Nacional. En un artículo publicado por International Education News, se revisan publicaciones de prensa de diferentes países que dan cuenta de que esta es una realidad común en todo el mundo.


Pensamos que ser profesor o profesora se ha transformado en una profesión de alto riesgo para la salud mental.


Normalmente se entiende que los trabajos peligrosos son aquellos donde existen altas probabilidades de sufrir accidentes o perder la vida. Y en los sectores donde existen estas condiciones peligrosas se incrementan las medidas de seguridad y muchas veces, se remunera a las y los trabajadores en concordancia con los riesgos que deben tomar.


Sin embargo, hay profesiones donde el riesgo de sufrir enfermedades de salud mental, que en el largo plazo pueden incrementar severamente la salud física, que no son valoradas como se merecen. La profesión docente es una de ellas.


¿Qué está pasando con los sistemas educativos que no están siendo capaces de brindar las condiciones adecuadas para que las y los profesores puedan desarrollarse profesionalmente sin dañar su bienestar?


La respuesta a esta pregunta es compleja, porque hay muchos factores que están afectando la docencia. Pero la extensión de esta realidad es sin duda un síntoma de que las cosas no pueden seguir igual.


¿Bastará con subir el sueldo a profesores? ¿Bastará con reducir la jornada laboral?


Parece ser que no. En una reciente revisión sistemática de 98 estudios empíricos, se analizó la correlación de diversas variables con el bienestar docente (Hascher y Waber, 2021). De acuerdo a este estudio, si hay un factor decisivo para el bienestar docente, es la calidad de los vínculos en la comunidad escolar. Esto es muy interesante porque resultó ser una variable más incidente en el bienestar que la carga laboral u otros aspectos del contexto.


En todas partes hoy se discuten los grandes cambios que debería tener la educación, especialmente las reformas que deben ocurrir en las prácticas pedagógicas y en los curriculum. Pero poco se considera la perspectiva de los vínculos y la relevancia del bienestar docente en estos cambios. En la práctica, son las y los docentes quienes deberán implementar cualquier reforma que se pretenda. Lograr mejoras a través de un cuerpo de profesionales que se siente enfermo es imposible.


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