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Emociones Positivas: 3 Estrategias para Aumentar tu Bienestar


Mira la figura. ¿Dónde comenzaste este año? ¿Qué emociones te acompañaban? ¿Con qué intensidad? Puede ser que identifiques diferentes lugares en la montaña y está bien, recuerda que las emociones positivas y negativas pueden convivir en armonía dentro de nuestra mente.


Hablar de "emociones positivas" y "negativas" no es del agrado de todos —ya que todas las emociones tienen una función adaptativa y son importantes—, es pero no se debe dejar de reconocer que las emociones displacenteras tienen un impacto negativo en nuestra salud física y mental, en especial cuando son frecuentes o constantes. Por otro lado, las emociones positivas tienen un impacto enorme en la salud y el bienestar, algo que es menos conocido.


El poder de las emociones positivas


Barbara Fredrickson, investigadora de la Universidad de Carolina del Norte, ha dedicado su carrera a estudiar cómo las emociones positivas fortalecen la resiliencia y el bienestar. A través de sus estudios, Fredrickson ha podido observar que las personas resilientes no sufren menos estrés que aquellas menos resilientes. Es decir, frente a un evento negativo, el dolor, la rabia, la incertidumbre, nos golpean a todas las personas por igual. Sin embargo, algunas logran recomponerse emocionalmente y volver a funcionar óptimamente más rápido.



Por ejemplo, en un estudio realizado tras el atentado a las Torres Gemelas, Fredrickson descubrió que todos los participantes experimentaron emociones como rabia, tristeza y desesperanza. Sin embargo, aquellos que también sintieron compasión, optimismo o gratitud mostraron menos síntomas de ansiedad y depresión. 

La clave está en la capacidad de activar emociones positivas a pesar de las circunstancias adversas. Al hacerlo, las emociones positivas cumplen una doble función para la recuperación. 


Por una parte, parecen revertir los efectos de las emociones negativas, que activan nuestro sistema nervioso simpático elevando el cortisol, acelerando el corazón, disminuyendo nuestro sistema inmune entre otras reacciones, que en la medida en que se van acumulando nos pueden producir un enorme daño a nuestra salud física. 

Al mismo tiempo, las emociones positivas, permiten al cerebro aumentar su capacidad de concentración y aprendizaje, la flexibilidad, mejora la memoria y  la creatividad, todo lo cual nos ayuda a ir construyendo recursos cognitivos y sociales que sirven para afrontar los desafíos de la vida. 


Boicoteamos nuestra propia alegría


Nuestro cerebro está programado para detectar amenazas y cambios en el ambiente, por eso, no prestamos demasiada atención a nuestro estado interior en los momentos de calma o donde no pasa nada fuera de lo común. Sin embargo, esos momentos pueden ser oportunidades valiosas para experimentar emociones como la calma, seguridad, confianza, optimismo. 

A menudo, sin darnos cuenta, saboteamos nuestra felicidad con hábitos mentales. Esto ocurre cuando por ejemplo:

  • Te llega una buena noticia y piensas: “¿Cuánto durará?”

  • Atribuyes un logro a la suerte: “No es para tanto.”

  • Rumias preocupaciones sobre el futuro o recuerdos del pasado, reviviendo emociones negativas innecesariamente.

Este sesgo puede minimizar las emociones positivas y aumentar la percepción de amenaza, y por lo tanto tus niveles de estrés.


Cómo activar emociones positivas: Tres estrategias para empezar hoy


Activar emociones positivas no es tan difícil, porque como señalamos previamente, normalmente están ocurriendo cosas buenas a nuestro alrededor. La clave está en entrenar nuestro cerebro para poner atención a lo positivo.


  1. Tres cosas buenas al díaAntes de dormir o al comenzar el día, anota tres cosas por las que estés agradecido. Desde lo más simple, como disfrutar un café caliente, hasta logros más grandes. Este hábito fortalece una mentalidad de gratitud.


  2. Saborear momentos positivosCierra los ojos, respira profundamente y recrea en tu mente un recuerdo positivo. Imagina con detalle los colores, olores y sonidos, y mantente ahí unos minutos. Este ejercicio activa emociones positivas en el presente.


  3. Apreciar a otrosExpresa algo positivo a alguien diariamente. Hazlo específico: “Aprecio cómo resolviste ese problema con creatividad” o “Gracias por hacerme sentir escuchado.” Estas palabras fortalecen las relaciones y aumentan el bienestar mutuo.


Llevando estas prácticas a la comunidad escolar



Si incorporas estas estrategias en las vacaciones, será más sencillo aplicarlas en tu trabajo:


  • Cierra reuniones o clases con frases como: “Las tres cosas positivas que me llevo hoy son...”

  • Organiza visualizaciones positivas o entrevistas entre estudiantes y docentes para compartir éxitos.

  • Aumenta las anotaciones positivas; por cada negativa, busca registrar dos comentarios constructivos.

  • Deja mensajes positivos en la sala de profesores.


Una herramienta para estas vacaciones: EMOLAB


Sabemos que encontrar tiempo para trabajar en competencias socioemocionales durante el año escolar puede ser un desafío. Por eso, te regalamos EMOLAB, un diario diseñado para cultivar una relación sana con tus emociones. Incluye actividades diarias que te ayudarán a conocerte mejor, regular tus emociones y mejorar tu bienestar.


Recuerda: para el bienestar no es no sentir emociones negativas o no sufrir. Para tener mayor bienestar es necesario mejorar la capacidad de notar, aumentar y disfrutar de tus emociones positivas.


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